Dos años y tres meses le tomó a la justicia confirmar la inocencia del periodista y profesor Wilmar Vera: fue absuelto de cualquier responsabilidad en el crimen que segó la vida del excandidato al Concejo de Pereira y también docente Alexánder Morales Ortiz. En la tarde de este martes, un juez ordenó su libertad inmediata, luego de considerar que la Fiscalía no pudo demostrar la autoría intelectual de Vera en el asesinato de Morales.
“Básicamente, el juez decidió que Wilmar era inocente porque la Fiscalía no probó la supuesta reunión en la que se habría orquestado el asesinato de Alexánder Morales. Sólo estaba el testimonio de un delincuente versado (Carlos Andrés Velásquez Villada, condenado por ser el autor material del crimen) que no tuvo credibilidad. Y el juez dijo que no podía condenar a una persona sólo con el testimonio de un sicario”, explicó en diálogo con El Espectador la esposa de Wilmar Vera, Ángela David.
Precisamente, la única prueba contundente con la que contaba el ente acusador era la declaración de Carlos Andrés Velásquez, quien fue capturado, según la Fiscalía, en flagrancia el mismo día que ocurrió el homicidio de Morales en marzo de 2011. Tiempo después Velásquez firmó un preacuerdo y empezó a colaborar con la justicia. Y en un interrogatorio acusó a Vera como determinador del homicidio.
El 8 de junio de 2012, Wilmar Vera fue capturado por miembros de la Sijín en la rectoría de la Fundación Universitaria Lasallista (Caldas, Antioquia), donde impartía cátedra. Desde ese momento dijo que era inocente y hoy un juez de la República le dio la razón al no encontrar mérito ni pruebas para sentenciarlo por el crimen. De hecho, desestimó el testimonio de Velásquez en parte porque éste tiene condenas previas por dos homicidios, porte de armas, fuga de presos y porte de estupefacientes.
Además, Velásquez le aseguró a la Fiscalía conoció personalmente a Vera el 18 de febrero de 2011, y ese mismo día le habría entregado el dinero para ejecutar el crimen. Sin embargo, la defensa del profesor siempre cuestionó esta declaración porque para esa fecha Vera ya no vivía en Pereira sino en Medellín y que lo haya descrito como una persona bajita y con algo de sobrepeso, a pesar de que Wílmar Vera siempre ha sido alto y de constitución delgada, o que ese día era laboral y hay estudiantes, como Édgar Piza, dispuestos a testificar que él estaba dando clase.